jueves, 23 de febrero de 2012

Compartir +, poseer -




El título de esta semana tiene algo de fórmula matemática. La ecuación de los nuevos tiempos tiene un símbolo positivo y otro negativo. Compartir +, poseer -. La última aplicación de la fórmula llega hasta la automoción. Hace muy poco, tener un determinado modelo de coche era un símbolo de independencia, pero, cada vez más, los consumidores ven la compra de un vehículo como una carga económica. Internet y las redes sociales son de nuevo los transmisores de buenas (y baratas) soluciones. En este caso, la solución se llama “coche compartido”. Considerado como la plataforma de salida del consumo colaborativo, el “car sharing” o “coche compartido” se está convirtiendo en un servicio apreciado por sus beneficios objetivos y por ofrecer un nuevo canal en el que establecer relaciones personales. Como todas las grandes ideas, el planteamiento es sencillo: un coche, varios pasajeros, una misma ruta y un coste repartido entre los usuarios. Los beneficios son espectaculares: menos gastos para el dueño del vehículo, menos contaminación, menos afluencia de coches, menos atascos, y finalmente, más tiempo para todos y para todo. Incluso para descubrir a la persona con la que viajamos.

En Inglaterra y Estados Unidos, los servicios de “coche compartido” a través de webs son cada vez más habituales. Relayrides.com se ha especializado en unir, desde 4 euros la hora, a usuarios del mismo barrio. Getaround.com y  whipcars.com nacen con un objetivo distinto: proporcionar coches de alquiler dentro de cada zona a precios muy bajos. Para los creadores de ambas páginas, las principales ventajas son la rapidez del alquiler, sin apenas gestiones, la cercanía del servicio y una amplísima variedad de modelos. La ecuación sigue siendo perfecta: el que desea un coche no tiene que comprometerse a grandes desembolsos. El que ya lo ha comprado tiene una manera rápida de amortizarlo y, además, de ganar un dinero extra. En todas estas webs, los seguros están incluidos.

España dispone también de un buen número de webs con propuestas similares y ¡hasta con ofertas “last minute”! La principal diferencia respecto a las webs inglesas y norteamericanas es que no suele haber tarifas específicas, sino un precio acordado entre el conductor y sus acompañantes. Para unificar criterios, la mayoría de estas plataformas suelen tener en su web una calculadora y un coste recomendado. En nuestro país, estas webs están más orientadas a viajes largos, aunque cada vez más se extiende para trayectos cortos. El procedimiento para hacerse de la comunidad del coche compartido es simple: registrarse en la plataforma (el registro es gratuito) y hacer un perfil con los datos personales. Algunas plataformas incluso disponen de una aplicación específica para i-Phone que facilita la búsqueda cuando no tenemos a mano un ordenador.

Exploremos algunas de las plataformas nacionales: conduzco.es o yoconduzco.es, la red número 1, con aplicación para móviles y geolocalización.  Blablacar.es ofrece precios fijos en las ofertas de cada itinerario. Carpooling.es, ¿viajamosjuntos?.com y viajabarato.org, que promete nada menos que conectar toda Europa, son otras plataformas relevantes. Afortunadamente, no podemos mostrarlas todas. La oferta es creciente y las administraciones públicas comienzan a interesarse por ella. Es la señal de que la ecuación funciona y de que ha llegado hasta aquí para quedarse.



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viernes, 17 de febrero de 2012

Algo está cambiando


Consumo colaborativo. Esas dos palabras, en apariencia incompatibles, se colaron hace poco en mi disco duro mientras leía una revista inglesa, una revista hecha por y para el lujo. Algo estaba cambiando. ¿Qué era eso que asomaba por ahí? El consumo colaborativo es, sencillamente, el desarrollo de una nueva manera de consumir: apacible, responsable y amiga de pocas contaminaciones. Según sostienen algunos expertos, la economía ya no se mide por unidades de venta, sino por unidades de uso. Y el límite al uso lo ponen las personas. En el consumo colaborativo no se consume para acumular, sino para satisfacer una necesidad, funcional o estética, y también -y es aún más importante- para relacionarse con los demás, ver cómo mejoramos en las distancias cortas y animarnos a crear, compartir y aportar valores a la comunidad. Y, además, para redondear la jugada, con impacto medioambiental cero. Se trata de un viaje de lo individual a lo colectivo. De lo singular a lo plural.

En este blog te ofreceremos las propuestas más colaborativas para una vida más plena, más sostenible y por un coste mínimo; a veces, incluso, sin coste. Regalar, intercambiar, compartir y, también -¿por qué no?-, comprar, vender o alquilar, haciendo posibles los acuerdos entre las personas. También ofreceremos la experiencia de los ciudadanos que ya viven así, y de las empresas que han decidido funcionar a una escala mucho más humana. Los nuevos tiempos exigen nuevos códigos y nuevas relaciones. Algo está cambiando. Vamos a descubrirlo juntos.

Cuéntanos tu historia, mándanos tu propuesta. Esperamos tus comentarios en este blog y a través de singularesyplurales@gmail.com.