miércoles, 6 de junio de 2012

La empleabilidad de un cisne negro



Unos cuantos cisnes negros se deslizan por las aguas de los mejores campus del mundo. Aparte de una película y un animal bellísimo, el cisne negro es una expresión filosófica, aplicada últimamente a las Finanzas, que se utiliza para designar un evento ocurrido de manera sorpresiva, que tiene consecuencias fatales y que, una vez sucedido, puede explicarse de manera lógica. Algunos pensadores sostienen que unos pocos cisnes negros dan cuenta de toda la historia mundial. Exageración o no, la realidad es que el atentado del 11 de septiembre fue un cisne negro de manual.

Volviendo al principio, los cisnes negros parecen avanzar hacia dos entornos muy sensibles: la formación y el mercado de trabajo. Ambos están unidos por la empleabilidad, el factor que hace que universidades y centros educativos se anticipen y se adapten a las necesidades de los empleadores. La empleabilidad es la asignatura pendiente de la universidad. La crisis y la competencia global están provocando un cambio en las universidades. Si hace unos años, la universidad se dedicaba exclusivamente a la formación, ahora se ve obligada a facilitar el acceso al mundo del trabajo. La cosa se complica porque, a su vez, el mercado laboral anda en plena transformación. Ya no basta con el conocimiento especializado; los conocimientos quedan obsoletos rápidamente. Ahora toca aprender a aprender, a ser responsable y flexible, y a saber gestionar los cambios de una vida casi impredecible (impredecible y en inglés, el idioma de la globalidad).

Según los especialistas, la mayoría de los puestos de trabajo que van a ser importantes de aquí a 2030 aún no existen. La tarea de la universidad es precisamente educar para este futuro. Por ahí asoman los cisnes negros. De no emplearse a fondo en la identificación y formación de estos nuevos yacimientos de empleo, la propia institución universitaria quedaría muy tocada. Bordeando la inutilidad. Algunos especialistas vienen insistiendo en ello a través de informes como “The shape of jobs to come”, un estudio de la consultora inglesa Fast Future.

El informe, realizado en 2009 en Europa, Estados Unidos y Australasia, revela trabajos que ya existen y que van a adquirir mayor relevancia, por ejemplo, todos los que tienen que ver con el clima y las energías renovables, y muestra otros inéditos, algunos tan evocadores como el ladrón de nubes (para provocar lluvia en momentos de sequía) o tan poco conocidos como el broker de conocimientos, algo que existe ya y que consiste en ofrecer conocimiento nuevo y a la carta a determinados grupos de interés.  De todos los empleos emergentes, la consultora hace un ránking con los 20 más prometedores. Muchos de ellos parecen haber escapado de la imaginación de Julio Verne. Aquí van:

Productor de órganos corporales
Policía de clima
Nano-médico
Abogado virtual
Ingeniero genético de cultivos y ganado
Profesores virtuales, manager de avatares e intermediarios (humanos)
Manager de Bienestar para la Tercera Edad
Desarrolladores de vehículos alternativos
Cirujano de aumento de memoria
Creadores de contenidos para grupos de interés
Asesor ético para las nuevas ciencias
Recicladores de datos
Pilotos, Arquitectos y tour operadores espaciales
Organizadores de información y contenidos
Granjeros y agricultores de espacios verticales
Broker de tiempo
Especialistas en reversión de cambio de clima
Trabajador social de redes sociales
Especialistas en epidemias y cuarentenas
Gestores de marcas personales
   
Fuera del top 20 se han quedado los Asistentes de Experiencias Fantasmas (sector medios electrónicos), los Expertos en Simplicidad  o los Integradores de Seguridad Compleja (ambos dentro del sector Política y Administración Pública). Francamente, me cuesta imaginar un día de trabajo de un Experto en Simplicidad. Hay otros cometidos más cercanos, como los Coordinadores de Sostenibilidad o los Analistas de Responsabilidad Social Corporativa. En el top 20 tampoco ha salido el que probablemente es mi empleo futuro favorito: el Black Swan Life Advisory, el Consejero para los cisnes negros de la vida. Es decir, alguien que anticipa, prepara y nos ayuda a escapar o eludir algunos malos tragos. Y algo más, porque si conseguimos detectar a tiempo el cisne negro podemos convertirlo en una oportunidad. Se opera la alquimia. El cisne negro se convierte en un majestuoso cisne blanco.


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