Harvard, Yale, Stanford o el legendario MIT, a golpe de ratón.
Cuatro de las más importantes universidades del mundo, según el último ránking
del New York Times, comparten sus conocimientos con todos aquellos que quieran
acceder a la formación de más alta calidad. Hasta aquí, nada extraño. La
novedad es que estos prestigiosos centros están en un mismo espacio, ofrecen
servicios similares y lo hacen de manera gratuita. Esta revolución académica se
llama Academic Earth y es posible gracias a internet y al surgimiento de
entornos colaborativos en organizaciones tradicionalmente elitistas, al alcance
de muy pocos: un año académico en alguna de estas universidades cuesta una
media de 45.000 euros.
Academic Earth se define a si misma como una organización
centrada en la búsqueda de tecnología innovadora que mejore el aprendizaje a la
más alta escala. Para ello, han creado un ecosistema educacional de fácil
manejo que permite a los usuarios formarse e interactuar con los profesores a
través de clases magistrales o ponencias en vídeo. En la plataforma de Academic
Earth es posible acceder a cursos de diferentes materias impartidos por 22
universidades europeas y norteamericanas, en muchos casos con la obtención de
certificados que acreditan la formación. Entre estas universidades, además de
las ya mencionadas, están otras tan prestigiosas como Berkeley, Princeton o
Georgetown, con un claustro de docentes formado por los mejores profesionales
de cada área, incluido Mark Zuckerberg, el creador de Facebook.
En la red hay también otras plataformas enfocadas al
e-learning. Una de ellas es Classroom y su objetivo es ayudar a los usuarios a
desarrollar su potencial y llevarlo a la excelencia. El lema de Classroom es
así de rotundo: “Únete a nosotros y sé parte de la revolución”. Los creadores
de estas aulas virtuales lo han visto claro. Estamos ante un escenario
completamente nuevo en el que la tecnología facilita el acceso masivo a la
formación de más calidad. Y sin coste alguno. Es la e-scuela global; dicho de
otra manera: el derecho a la educación llevado a su máximo desarrollo. Los expertos
en marketing se preguntarán por qué organizaciones tan elitistas como estas
tienen que ofrecerse gratis on line superando sus targets naturales y
mostrándose junto a sus competidoras. La primera respuesta también viene del marketing.
Tener una buena presencia on line significa mejorar la marca, generar más demanda
y ampliar clientes, algo esencial cuando las audiencias son por definición
minoritarias. Pero la e-scuela va más allá. Recoge lo mejor del consumo colaborativo
y demuestra que el movimiento está calando entre las organizaciones más “inteligentes”
del planeta. La respuesta no se ha hecho esperar: en 2011 la universidad de
Stanford tuvo matriculados, en la modalidad de cursos gratis online, más de
tres millones de alumnos.
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