miércoles, 4 de abril de 2012

Hablemos el mismo idioma (II)



Nueva remesa de tendencias de estilo de vida. La idea es explorar aquellas tendencias más significativas, las que van adquiriendo peso y tienen pinta de convertirse en patrones o modelos duraderos. Nuestro olfato nos dice que vamos a convivir con ellas durante mucho tiempo… Quizá es que no estamos en época de cambios, sino en un cambio de época… Sin más preámbulos, aquí están…

· Domesticar el azar. Un deseo universal, reformulado una y otra vez a lo largo de los tiempos, que ahora puede ser real con ayuda de la tecnología. Cada vez compartimos más nuestro mundo interior con otras personas. Nos acercamos a los demás y, al tiempo, nos exponemos, perdemos el control de nuestras experiencias porque pasan a ser compartidas por otros, que a su vez, las comparten con otros en una secuencia interminable… Paradójicamente, este cotilleo exponencial no está del todo mal. La tendencia consiste precisamente en favorecer el azar, el descubrimiento, la pluralidad y la inspiración. Por ahí van todas las redes sociales y también nuevos productos, como  Airtime, una plataforma de video-chat en tiempo real en la que perfectos desconocidos exponen lo que quieran contar. Son story-tellers con un solo propósito: dar con las personas adecuadas, las inspiradoras o simplemente las que disponen del conocimiento que necesitamos.

· Alimentos y objetos con eco-conciencia. El impacto ambiental producido por los alimentos y objetos que consumimos será un asunto de máxima importancia entre los grupos de interés: marcas, consumidores, gobiernos y grupos activistas. Todos tomarán conciencia de qué clase de productos se comercializan y cómo se producen. En este asunto, las diferencias entre el mundo desarrollado y en vías de desarrollo se ponen otra vez de manifiesto. Respecto a la alimentación, mientras algunas regiones se enfrentan a la escasez de comida, otra parte se organiza para crear un eco-código estable que paute las buenas prácticas en la producción de alimentos. En cuanto a los objetos mondos y lirondos, con mayor frecuencia las marcas recuperarán todos sus productos para el reciclaje; en muchos casos, dirigidas por nuevas leyes que les obligarán a reciclar de manera responsable e innovadora. Es el caso de Nike con su programa Reuse a shoe, que recoge y recicla zapatillas usadas. Los productos usados se laminan y se convierten en un nuevo material, llamado Nike Grind, utilizado como suelo en colegios e instalaciones deportivas, además de otros productos Nike.

· Pantallas amigas. Y no nos referimos a ninguna televisión. Las superficies planas están convirtiéndose en pantallas que empiezan a interactuar con los usuarios. Las tocamos, les dedicamos algún gesto, y muy pronto empezaremos a hablarlas. Y ellas, a escucharnos. Bien aprovechada por las marcas, esta tendencia es dinamita para crear nuevos hábitos de consumo. En Estados Unidos, los grandes almacenes Barney’s han instalado en su restaurante 30 pantallas individuales para que los comensales puedan hacer su pedido digitalmente, y, además, mirar el catálogo de los almacenes y comprar lo que deseen. Los city-sumers o “consumidores de ciudad” tienen un nuevo espacio al que arrimar su tarjeta bancaria.

· Chollos 2.0. Los consumidores no sólo seguirán buscando ofertas y descuentos, sino que estarán encantados de hacerse con las mejores oportunidades. Es la chollo-cultura en todo su esplendor. Etiquetas aparte, se trata de convertirse en microemprendedores de la vida cotidiana y obtener un beneficio en forma de ahorro. ¿Y por qué no? Encontrar buenas ofertas es divertido, nos hace recuperar el control sobre nuestras finanzas y hasta nos hace aparecer más inteligentes. En definitiva, subidón de prestigio social.

. Salud 3.0. Hace muy poco hablábamos de este mismo tema en otro post. La prevención y el estancamiento en la pirámide de población, en la que los jóvenes tardan más en acceder a la madurez y los maduros se mantienen jóvenes durante más tiempo, da lugar a nuevos nichos en el negocio de la salud: nuevas tecnologías y nuevas aplicaciones que nos permiten seguir y gestionar nuestro estado de salud de manera discreta y continua. En estos casos, los pacientes llevan la voz cantante y demandarán nuevos servicios, alejados del dúo enfermo-médico. No sólo queremos superar enfermedades, sino ser nosotros, pero mejores...

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