jueves, 19 de abril de 2012

Los hackers de la moda




Lo tenemos claro. En Singulares y Plurales nos encanta la ropa y disfrutamos de un trapo como otros de un Nadal en pleno Wimbledon. Y no somos los únicos. Por esta afición natural que anida entre los consumidores, la moda se ha convertido en un negocio gigante que en España ha dado lugar a auténticos imperios textiles. Sin embargo, el sector, que se alimenta precisamente de las últimas tendencias culturales y sociales, parece desconectarse de los temas claves de nuestro tiempo: el consumo desmedido, la pobreza y el medioambiente. Obsesionada con triunfar, la moda ha sido uno de las primeras industrias en deslocalizarse hacia países con mano de obra barata, reforzando las desigualdades, abusando de los recursos naturales y generando residuos difícilmente reciclables.

Frente a este modelo de gestión, están surgiendo pequeñas iniciativas de cambio, algunas fundamentalmente estéticas y otras de mayor calado social. Entre las primeras, está el eco-chic, más una tendencia estilística que una alternativa real. El eco chic propone una apariencia de naturalidad de las fibras que no siempre es real. Muchas de ellas proceden de cultivos tratados químicamente o sometidos a procesos de fabricación irrespetuosos con la naturaleza.

Mucho más complejo se presenta el hacktivismo o hackeado de moda, un proceso colaborativo para compartir ideas con el objetivo de despertar la creatividad y decodificar la moda. El autor del concepto es Otto von Busch, artista, teórico de la moda y diseñador sueco. Para él, el hacktivismo “es un aprendizaje colectivo en el que una comunidad comparte sus métodos y experiencias sobre cómo cambiar radicalmente el entramado de la moda”. Las herramientas para este cambio radical se llaman compromiso, resistencia creativa y práctica DIY, “do it yourself”, versión comprometida del “hágalo usted mismo”. Pese a la relación con el término “hackers”, el hacktivismo no es anti-moda ni anti-sistema. El objetivo es desprogramar la moda para crear nuevos productos en los que se valora la creatividad,  los materiales utilizados y los tiempos de trabajo. Los hackers de la moda responden a una conciencia ética sobre el consumo y no se declaran en contra de ella, pero sí son críticos con su industria y utilizan métodos alternativos para cambiarla. Para ellos, la moda tiene sentido en una sociedad que huye de los consumos pasivos y masivos, que reconoce el valor de los objetos hechos de manera sostenible y a pequeña escala. No hay artistas inaccesibles y divinos, sino coautores de tendencias; la otra parte de la autoría corresponde a la comunidad.

Los hacktivistas están organizados ya en talleres como Hacking-Couture, y en España el grupo de trabajo Feedback Look, que sigue las premisas del “Hazlo tú mismo” y “Hazlo con otros”, además de promover una visión de la moda basada en el intercambio, el reciclaje, la reparación, y la localización. Junto a ellos conviven Edufashion y Ecoalf, dos iniciativas de distinto tipo unidas por la sostenibilidad. Edufashion es una plataforma colaborativa para la creación de moda que pretende conectar a grupos e individuos para que puedan formar empresas pequeñas y sostenibles, reunidas bajo una marca “abierta” (o lo que es lo mismo, la reinterpretación libre de muchas marcas) cuyos beneficios puedan compartir.

Ecoalf es una empresa española preocupada por el diseño sostenible. Creada en 2007 la compañía se apoya en cuatro ideas: innovación, sostenibilidad, calidad y diseño. Su concepto de la moda es inédito; creen que el lujo es hacer un buen diseño sin comprometer el medioambiente. En su filosofía, la sostenibilidad comienza por el propio diseño del producto y así lo demuestran parkas, deportivas, mochilas y otros complementos producidos a través del reciclaje de redes de pesca y botellas de plástico. El mensaje de su vídeo corporativo es contundente: el reciclado de PET consigue un 20% de ahorro de agua, un 50% de ahorro de energía y un 60% menos de polución atmosférica, tres datos que animan –y casi obligan- a seguir la corriente de la sostenibilidad. 

Ecoalf. Reciclado de redes.

 Ecoalf. Reciclado de PET.

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